1302426_87663392Con la llegada del verano, entre los meses de abril y mayo, comenzamos una carrera a contrarreloj para poner nuestros pies a punto, pero ¿sabías que es la parte del cuerpo que más descuidamos cuando pasa la época estival?

Los pies están llenos de terminaciones nerviosas que los convierten en una de las partes más delicadas de nuestro cuerpo. A través de ellos podemos curar ciertas dolencias pero también es a través de ellos que podemos acaparar ciertas infecciones o enfermedades. Por ello es conveniente prestarles una mayor atención y acostumbrarlos a una rutina de cuidados siguiendo los consejos de especialistas en podología.

Cuidado de tus pies

Grietas y sequedad

Hidrátalos de forma frecuente con cremas hidratantes específicas para evitar la aparición de grietas y durezas.
“En verano se resecan más nuestros pies, se reduce la elasticidad del tejido y se termina rompiendo produciendo agrietamiento. Para poder evitar su aparición o conseguir eliminarlas en el caso de que ya hayan aparecido, es conveniente aplicarnos cremas con un porcentaje adecuado de urea que los mantengan hidratados y libres de grietas”, recomienda la doctora Paula Rodríguez, podóloga en Clínica Novosalud.

Sudor excesivo

En invierno es frecuente la aparición de hiperhidrosis o sudor excesivo, ya que el calzado es menos transpirable que el que utilizamos en verano.
Para combatirlo existen varias opciones:

– Usar productos desodorantes para mejorar la higiene

– Utilizar calcetines con tejidos como el algodón que favorecen una mayor transpiración del pie y solventan el mal olor producido por este problema.

Diagnóstico y corrección con plantillas

Además, hay ciertas anomalías en rodillas, tobillos, caderas o en los propios pies que gracias a revisiones podológicas frecuentes pueden diagnosticarse y tratarse a través de un tratamiento ortopodológico en el que el especialista puede indicarnos qué tipo de plantillas pueden ayudarnos a corregir dichas anomalías.

Estas revisiones podológicas deberían ser frecuentes (cada dos meses aproximadamente) para personas con enfermedades específicas como los diabéticos o personas afectadas con cardiopatías. En el caso de los diabéticos, son pacientes de riesgo ya que, debido a su enfermedad, tienen una peor circulación que les produce una lenta cicatrización de las heridas y una pérdida de sensibilidad. Por ello, es importante que acudan al podólogo para evitar heridas que se les puedan complicar.

En cualquier caso, los pies son una de las partes del cuerpo que más atención merecen, por ello es conveniente que los incorporemos en nuestra rutina de cuidados personales y que acudamos al podólogo si presentan anomalías o dolencias como papilomas, hiperhidrosis, uñas encarnadas, durezas y grietas o cualquier tipo de problema que dificulten o modifiquen nuestra forma de andar.

¡Cuida tus pies en invierno y lucirán perfectos para el verano!